Revista Raíces de Papel Nº 10 ( enero-junio ) 2013

Revista Raíces de Papel Nº 10 ( enero-junio ) 2013
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REVISTA "RAÍCES DE PAPEL" Nº 12 ( 2014 )

jueves, 30 de diciembre de 2010

NUBES SOBRE MANHATTAN (FELIZ AÑO 2011)

                      
 NUBES SOBRE MANHATTAN


           ¡Buenos días! Bienvenidos a  las últimas horas de 2010. New York , como otras tantas veces, dará la bienvenida a 2011, iniciando así la segunda década del tercer milenio.  Ya está todo dispuesto en Times Square para tan gran acontecimiento.  La KAB 727 desde el corazón de Manhattan les desea un feliz año nuevo y les invita a seguir en su sintonía. Parece que el nuevo año puede venir pasado por agua, aunque ahora luzca un espléndido sol y la temperatura sea de treinta y siete grados Fahrenheit.
Bueno, pues para que se vayan preparando por si acaso, les dejamos con el tema central de la  banda sonora del film “Dos hombres y un destino”. Saquen  los paraguas porque ahí va  “Gotas de lluvia siguen cayendo en mi cabeza”.

           Nora, mientras escuchaba la radio, llevó sus níveas manos a la cara y, efectuando un ligero masaje, comenzó a desperezarse. Tomó la bata de raso y tafetán y se encaminó hacía la ducha, casi de puntillas, ingrávida aparentemente. Ya debajo del agua, permaneció unos minutos recreándose en lo maravillosa que se presentaba la noche de Año Nuevo. Su cuerpo  húmedo se estremecía  al contacto con la diminutas gotas y experimentaba una gran sensación de bienestar.

           Sonó el teléfono. Era Tim, su esposo, viudo prematuro, de treinta años, al perder a  su anterior pareja  en el parto de Liza, su querida hija de siete años.
           -Hola Nora ¿Qué tal llevas el día?
           -Bien Tim, estaba duchándome.
           -Mira, después de cenar vamos a celebrar el año nuevo en Times Square. Creo que este año han preparado un espectáculo increíble. En una hora puedo estar en casa y, si quieres, podemos ir de compras.
           -Estupendo, pero ¿y Liza? Está jugando en casa de Maggie.
           -Pues la recogemos y nos la llevamos, ya sabes que le encanta ir de un lado para otro.
           -De acuerdo. Aquí te espero.
          
           Recorrieron un montón de tiendas del centro, compraron regalos y rieron juntos por las animadas calles de Manhattan. Volvieron a casa y cenaron con los padres de Tim. Luego se prepararon para ir a Times Square a dar la bienvenida al nuevo año. Liza quería  acompañarles, pero pudieron convencerla para que se marcharse a casa de los abuelos.

           Una hora antes de terminar el año, las calles que confluían en el corazón neoyorquino, eran un rió multirracial de gentes ávidas de bullicio y diversión. Tocados con gorros de terciopelo rojo, largos globos en sus manos, que agitaban de un lado a otro, enormes gafas con la fecha del año. Allí, todos esperaban, como se venía haciendo desde 1904, ver caer la bola de cristal insertada en el mástil y corear el último minuto del año viejo. La radio  daba como cifra estimada de asistentes más de un millón de personas. Las autoridades estaban reunidas en torno al pulsador de puesta en marcha del mecanismo que accionaría la bajada de la bola. Por fin llegó el último minuto. La bola comenzó a descender entre destellos de colores, el marcador digital, devoraba los segundos, todo el mundo coreaba: cinco, cuatro, tres, dos, uno...¡Feliz Año Nuevo!
 
           La gente se besaba mientras comenzó a sonar el “Imagine” de John Lennon. Miles de papelillos de colores, lanzados desde los rascacielos, caían sobre el mar de cabezas al mismo tiempo que una fina lluvia hacía su aparición. Casi nadie llevaba paraguas, ni parecía preocuparles. La voz de Frank Sinatra sonaba por los altavoces y todos cantaban a coro “I want to be a part of it, New York, New York...” Nora y Tim se besaban con pasión bajo la lluvia y se deseaban mutua felicidad. Tim tomó la cara de Nora entre las manos y le dijo:
           -¡Que hermosa eres! Espera, tienes como unos puntitos verdes sobre la nariz, qué curioso.
           -Pues no sé... igual es desteñido de los papelillos de colores.
           -Pero es que sólo tienes verde. Espera, te voy a limpiar con el pañuelo. Qué extraño, no deja mancha en el pañuelo y tampoco están ya sobre tu nariz.
           -¡Tim! Tu también tienes sobre la mano. ¡Mira, se introducen en la piel. Han desaparecido! Vayamos a casa , esto no me gusta nada.
           -Sí, será lo mejor.

           Varias personas más se dieron cuenta de que la lluvia estaba mezclada con esas gotitas verdosas y empezaron a especular sobre si serían  restos de una nube radiactiva o desechos espaciales. El pánico cundió. Las masas empezaron a gritar y a taparse como podían de la lluvia verde. Muchas personas fueron arrolladas y pisoteadas. Los servicios de emergencia no podían pasar, bloqueados por aquella avalancha de personas que gritaban  contusionadas por todas partes. La lluvia verde había cesado y la relativa calma volvió. A la mañana siguiente, los periódicos daban cifras de varios centenares de personas heridas y tres muertos a causa de  la situación de pánico vivida. Curiosamente, no se había registrado ninguna precipitación de lluvia en New York, solamente había llovido en un radio de quinientos metros sobre Times Square.

           Nora y Tim llegaron a casa exhaustos. La alegría del nuevo año se había tornado tragedia. Rendidos, durmieron hasta el amanecer.  Al día siguiente, Nora advirtió un ligero picorcillo en torno a la nariz. Al acariciarla con su dedo pulgar, noto una tenue frialdad que la dejó preocupada. Cuando Tim se levantó también advirtió la misma sensación en la mano. Pensaron en acudir a las Urgencias del Hospital San Patrick , que quedaba a sólo cinco minutos de su casa, pero era uno de enero y pensaron que,  tal vez, no era el día adecuado para que les atendiesen. A pesar de todo decidieron ir. Al aproximarse, vieron una inmensa fila que se agolpaba a las puertas del hospital, custodiado por varios policías armados y otros a caballo. A la vista de aquello, y al no obtener ninguna información, decidieron volver a casa y poner la televisión para tratar de informarse. La CNN emitía un único mensaje: “Por favor no se dirijan a los hospitales, todos están colapsados. Las personas que tengan algún síntoma extraño deberán permanecer en sus casas y evitar el contacto con otras personas o animales. Se aplicará el toque de queda y se pondrá asistencia médica domiciliaria para los afectados. Al parecer el mal proviene de una nube tóxica que anoche cubrió parte de la zona de Manhattan. Si usted no ha estado en esta zona  ni ha tenido contacto con nadie que haya estado allí, no tiene porqué preocuparse. Rogamos que, para poder ser identificados, hagan visible desde sus ventanas un trozo de tela blanca; también la deberán colocar en la puerta de entrada a  su vivienda”.

           Los primeros análisis realizados dieron como resultado una gran presencia de clorofila en el torrente sanguíneo y el hallazgo de una célula, hasta entonces desconocida, que transformaba los leucocitos en clorofila. Con el paso de las horas, el cuerpo de los infectados se iba transformando. Inicialmente  tomaba una coloración amarillenta, que cada vez se intensificaba más, hasta hacerse verdosa, entonces aparecían grandes estomas, el cabello caía, el vientre se inflamaba, se tornaba traslúcido, hasta que estallaba, liberando miles de diminutas esporas que se adherían a cualquier organismo vivo, humano o animal.

           Nora y Tim habían empezado a experimentar la macabra metamorfosis. Escucharon por radio la rápida transformación de la enfermedad. Sabían que no había salida. Quisieron llamar a su hija, pero no pudieron. Tampoco tuvieron valor para descolgar el teléfono, que sonaba sin parar. Decidieron que no serían unos monstruos. Ya no podían hablar, pero tuvieron un común pensamiento para Liza. Luego buscaron en la cocina dos  cuchillos bien afilados, llenaron la bañera de agua templada y se introdujeron uno frente a otro. Permanecieron unos minutos mirándose, diciéndose todo. Una lágrima rodó por el rostro, ya deformado, de Nora. A continuación cortaron sus venas. Un líquido verdoso, de aspecto almibarado, broto con generosidad, poco después murieron.

           La isla de Manhattan fue abandonada y después bombardeada con “Napalm”. Las noticias internacionales informaron del  avistamiento masivo de “Ovnis” en los últimos días  y la formación de unas extrañas nubes verdosas sobre las principales capitales del mundo.

    
© Javier Bueno Jiménez  ( Del libro "El orgasmo fluvial de Lolita Valor y otros relatos" Ediciones Cardeñoso 2010 )

miércoles, 17 de noviembre de 2010

ME HAS DESCARNADO EL PECHO


ME HAS DESCARNADO EL PECHO
y las raíces del amor
a merced de los vientos se me quedan.


Tejo un abrigo de memorias,
desesperado intento
de arroparlas y conservar su vida,
pero ellas son un grito permanente
que rompe luna y madrugada


© Javier Bueno del libro "Hoy he sabido que nacerás mujer" Ediciones Cardeñoso 1998

miércoles, 15 de septiembre de 2010

ESTA TARDE DE VIENTO, LLUVIA Y RAYO


ESTA TARDE DE VIENTO, LLUVIA Y RAYO,
tormenta que desata el corazón,
rastreo en la memoria
queriéndome aferrar a tu estatura,
encontrar tus más húmedos rincones
donde prender de nuevo
y ser nervio de hiedra
trepando por tu vientre.



sábado, 28 de agosto de 2010

A MARÍA GÓMEZ BECERRA


A María


He vuelto al jardín,
al cabo de largo tiempo.
Aparentemente todo es igual,
pero nuevo.

Las rosas este año,
vienen mas tardías.
Y la glicinia, ya abraza,
toda la cintura de la verja.

Las golondrinas, otean el alero del tejado
buscando cobijo para anidar.

Todo igual, pero no …
En el invernadero, junto a las azaleas,
falta MARÍA,
con sus ojos de niebla,
mirando al infinito. 

viernes, 20 de agosto de 2010

ME DIJERON -NO VAYAS-


Me dijeron -No vayas-
pero yo fui y amé.

Cuántas lágrimas
bebió la amarga tierra,
cuántos besos
que no llegaron nunca a su destino
debieron ser
bajo ella sepultados,
cuántas caricias imposibles
amortajadas antes de nacer.

Es inmenso el dolor
pero no me arrepiento
de no haber escuchado aquellas voces.

lunes, 24 de mayo de 2010

PRESENTAMOS EN LA FERIA DEL LIBRO DE BADAJOZ UN NUEVO LIBRO DOBLE

Javier Bueno,  Juan Calderón,  Manuel Pecellín

DESDE AQUÍ QUIERO AGRADECER AL ESCRITOR Y AMIGO "JUAN CALDERÓN MATADOR" SU APOYO Y ESTÍMULO EN LA EDICIÓN DE ESTE LIBRO Y DEMÁS ANDANZAS LITERARIAS

Durante la celebración de la XXIX edición de la Feria del libro de Badajoz, presentamos el doble volúmen de "Libros Compartidos" "VEINTE HISTORIAS AMABLES MÁS UN GARBANZO NEGRO" de JUAN CALDERÓN MATADOR y "EL ORGASMO FLUVIAL DE LOLITA VALOR Y OTROS RELATOS" DE JAVIER BUENO JIMÉNEZ"
Dicha presentación estuvo a cargó del Catedrático y Escritor de la REAL ACADEMIA DE LA LENGUA EXTREMEÑA D. MANUEL PECELLÍN LANCHARRO, al cual quiero agradecer la detallada y precisa presentación que de mi obra hizo.



























PRESENTACIÓN EN MADRID 9 DE JUNIO



domingo, 25 de abril de 2010

TU NOMBRE...


TU NOMBRE ES SOL EN EL CAMPO,

Y GRITO DE MIL PALMERAS.

QUE CADA VEZ QUE LO NOMBRO,

ES VIENTO DE PRIMAVERA...
Javier Bueno

viernes, 16 de abril de 2010

SÉ QUE NO EXISTO


SÉ QUE NO EXISTO,
camino disfrazado de mi mismo.

No es amable la imagen que me mira
desde la plata del espejo.

Soy tan sólo una máquina,
celeste o infernal,
donde quedan impresas
sensaciones y gestos.

Alguien prende el motor
y camino impulsado
por un control lejano.

Desconozco cual es mi encomienda
y no puedo elegir
la esquina en la que hacer los giros


martes, 16 de marzo de 2010

JAQUE MATE


JAQUE MATE

Fueron muchas las veces
que quisiste olvidarme
sobre mi pavimento plateado.

Ya ves, siempre te gano la partida.
Soy tu copa, la reina,
y tú un pobre borracho.
Me río a carcajadas
ante tanta impotencia.

Es tu aire mi alcohol
 y sin él
se nubla tu memoria.

Acabo de robarte la consciencia
y te llevo a mi mundo una vez más.
Es bastante probable que hoy te borre
la línea de retorno para siempre.

Jaque mate, mi esclavo.
Es tu reina de copas 
                                  
                la que vuelve a ganarte la partida.                                    


 Del Libro "Hoy he sabido que nacerás mujer" Ediciones Cardeñoso Vigo 1998

sábado, 27 de febrero de 2010

CUL DE SAC


CUL DE SAC

Sé que estoy atrapado
en una red de plomo
donde se estrelló mi futuro


Mis pasos me conducen
al punto sin retorno.


Es el ácido tiempo
en el que estallan los segundos
y enferman los deseos.


He buscado refugio
al amparo de un falso techo,
y en la negrura de mi noche
ni a Dios puedo inventar.


( Del Libro "Hoy he sabido que nacerás mujer" Ediciones Cardeñoso Vigo 1998 )

domingo, 17 de enero de 2010

EL RETORNO DE TERRY ROCK


El retorno de Terry Rock

(La raíz de la nostalgia)

Los años cuarenta eran una mala época para un país como España, que trataba de resucitar después de una cruel guerra incivil. José ya no era muy joven y los trabajos no abundaban. Su ingreso en la academia de Bellas Artes de la capital, quedó truncado por la situación vivida en los últimos años de guerra. Sin padres y con un hermano distante, poco le ataba al “terruño”. Sólo la pequeña casita a un kilómetro de la localidad de Betanzos, que su padre construyera hacía muchos años. Pero lo que no podría olvidar nunca, sería el olmo que fue creciendo con él, y en cuyo tronco grabó su nombre y el de Pepita, una novia a la que quiso con locura y que un día se fugó con otro que era más guapo y, sobre todo, mucho más rico.
Había oído hablar de la prosperidad que existía en América y decidió poner rumbo a Buenos Aires, pues sólo el nombre de la ciudad ya prometía el éxito. Vendió la casa y marchó a Betanzos para buscar un fotógrafo, le encargó dos fotos, una del olmo, y otra de detalle del tronco, donde aparecían los corazones grabados. Luego cogió una caja de metal y guardó parte de sus recuerdos. También depositó una botella de brandy añejo que su padre había guardado para celebrar la boda de su hijo. Cavó un hoyo al pie del árbol y enterró la caja. Se puso en pie y contempló el amado paisaje, pensando que volvería. Tomó el pequeño petate e inició su camino al futuro.


Los comienzos no fueron fáciles. Trabajó en lo que pudo hasta que encontró al señor Ángel, un compatriota gallego que, junto a su mujer Julita, le empleó en su pequeña tienda de bolsos y cinturones. José aprendió pronto y bien el oficio, y el negocio iba prosperando gracias al buen hacer de los tres. Esto le permitió a José comprarse una pequeña casita baja con un trocito de jardín, en el emergente barrio de Nueva Pompeya .

Estaba feliz, sentía que su sueño americano se empezaba a cumplir. Había conocido a Carmen y no tardó en casarse. El día de la boda, buscó por todo Buenos Aires una botella de brandy español “Terry” pues era el preferido de su padre, y en su memoria y en recuerdo de la botella enterrada junto al olmo, así quiso que fuese.
El amor no tardó en florecer, y Carmen pronto quedó en estado de “buena esperanza”.
Un parto complicado que no pudo superar, dejó a José viudo con un pequeñín de pelo negro y garganta de tenor, al que puso de nombre Terry. Luego en el colegio, los compañeros le apodaron Rock debido a su admiración por Elvis Presley y el Rock and Roll.
La vida pasaba y Terry se convirtió en un apuesto muchacho, que empezó a hacer sus pinitos en el mundo de la música. Formó su propio grupo. Por la noche, disfrazado de gaucho, trabajaba cantando tangos en un local para turistas del Barrio de La Boca.
Un día llegó su oportunidad al ganar un concurso en la televisión bonaerense y aparecer en primera página de Clarín, como cantante revelación de la década de los ochenta.
Rápidamente, comienza a saltar de escenario en escenario por todo el país. Más tarde por las principales ciudades sudamericanas y por fin, Nueva York. Allí recibe la noticia de que su padre ha sufrido un ataque al corazón. Pero no puede llegar a verle con vida. Maldice al destino sobre su cadáver, por no poderle permitirle regresar a su tierra natal, como había deseado para pasar la vejez en las verdes tierras gallegas.
Terry tuvo que continuar con sus compromisos de gira por Norteamérica. Pero una noche, mientras descansaba en el hotel, sintió un fuerte deseo de volver al pueblo de su
progenitor. Pero no lo haría solo, exhumó el cuerpo del padre y lo incineró, llevando las cenizas con él hasta la localidad de Betanzos, allí buscó la casita familiar, ya no existía, pero sí el frondoso olmo que parecía dominarlo todo. Compró el terreno y cavó hasta encontrar la caja de lata, que apareció medio deshecha y oxidada. Allí estaba también, con la etiqueta enmohecida, la botella del brandy “Terry”. Junto a las cenizas la descorchó, y una vez enterradas éstas, al pie del olmo, alzó la botella y bebió ¡Por ti Padre, ya estás en casa!

domingo, 3 de enero de 2010

LOS BESOS



Esta Navidad he recordado una vieja canción de Victor Manuel que dice:
¿ A dónde irán los besos que guardamos,  que no damos...?
Hay tantos besos olvidados que se podría abrir una oficina de "Besos Perdidos". Seguro que habría cola .
Porque, ¿ A quién no se le ha perdido alguna vez un beso ? O se ha dado cuenta que lo necesitaba como el comer, y no llevaba ninguno en el bolsillo en ese momento. Los besos que no se dan, no pueden recuperarse, se pierden para siempre al igual que la flor tronchada nunca florecerá. He comenzado el año con sabor a uvas y cava, pero sin un mal beso que llevarme a la boca, y esto es ya hambre atrasada. Un mal comienzo...





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