Revista Raíces de Papel Nº 10 ( enero-junio ) 2013

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REVISTA "RAÍCES DE PAPEL" Nº 12 ( 2014 )

lunes, 22 de junio de 2009

LA VIDA CONTIGO, LA VIDA...SIN TI



La vida contigo, la vida... sin ti

(A mi Padre)

¡Padre mío, que estás en los Cielos!

¿En donde ibas a estar, sino allí, después de una vida cruel que amputó tu cuerpo y tu memoria?

Si el dolor es una inversión para la vida eterna, como dicen por ahí. Debes además estar situado en lugar preferente. Un año después de tu partida, echaré de menos no tener que comprar ningún regalo el diecinueve de marzo. Aunque el del año pasado, lo dejaste sin estrenar.

En mi recuerdo, hay un niño muy pequeño con una gorrita de paja que camina de la mano de su padre, en la otra sostiene un paquete de pan duro. Va alegre, es domingo, se dirige a la casa de fieras, para dar de comer a los animales. Aprieta los pies contra el suelo y levanta polvo, que ensucia sus blancas sandalias.

¡Mira pápa! ¡Mira pápa! El oso, ¡Mira, corre vamos a ver a los monos! Y al elefante que está allí mas lejos. ¡Mira pápa! Mira...

Otras veces, íbamos a la matinal del cine Actualidades a ver películas de Tom y Jerry y del Pájaro Loco.

Lugar de cita obligada, era la Tómbola Diocesana de la Vivienda, en el Paseo de la Castellana. Puedo ver los pequeños cromos de monumentos y ciudades de España y su reverso. “Opción para el sorteo de un SEAT 600” el próximo 25 mayo” , “Vale por una bolsa de caramelos refrescantes El Turco” o el de: “Vale por una pastilla de jabón perfumado Lacitos”. Otras decían “Vale por un salero”, recuerdo que un día volvimos a casa con seis o siete saleros. ¡ Que bien lo pasábamos esperando que nos saliera el “Sobre Sorpresa”!

He pensado varias veces, que nos hemos perdido muchas cosas el uno del otro. Yo de ti como padre, y tu de mi como hijo. Sé que no fue así por nuestro gusto, y que las circunstancias mandaron. Aunque tampoco hicimos mucho por cambiarlas. La realidad es que Dios se llevó a mamá cuando tenía ocho años y cuando cumplí catorce , como regalo de cumpleaños me envió una madrastra como a "Blancanieves", que te apartó de mi . En solo dos septenios, la vida me hizo adicto a la tristeza. A partir de entonces y hasta los dieciocho viví mi particular infierno de soledad y cariño paniaguado de hola y hasta mañana, encerrado en mi habitación de clausura día tras día. Al igual que tu, entre la espada y la pared. Y mas tarde, al terminar la “mili” y emanciparme, nuestra relación no paso de ser circunstancial, ocasional o motivada por algún evento familiar. Pero la vida nos regalo aquella tarde a los dos solos, ese abrazo que fue bálsamo de carencias, encuentro y despedida en un fugaz instante poco antes de serte arrebatada la cordura.

Solo cuando estabas en el hospital, podía verte con entera libertad. Fue tu vida agitada y dolorosa singladura, de amarres en costas hospitalarias. De soledades en fríos corredores de fondo y carreras en camillas. De miradas verticales y rechinar de ruedas.

Hedor de muerte, impregnando las paredes blancas en habitáculos sin tiempo. Esperando siempre el mañana, a ver si hay suerte y se refresca la vida por algunos momentos y poder respirar otros aromas que no estén atrapados en botellas de cristal.

Y sueños de cancerberos que devoran las entrañas y te ofrecen un mañana con el cuerpo desmembrado, y te hacen preguntarte... ¿Vivir, era esto?

sábado, 13 de junio de 2009


“Desde la película más grande a la más infame, desde la obra literaria más inolvidable al folletín del kiosco más infecto, todo va a quedar en el mismo estrato geológico de mierda que va a formar parte de la costra geológica de la Tierra. Cuando tomas esa perspectiva no te preocupan las pandemias”. GDT

lunes, 1 de junio de 2009

¿QUE PUEDO HACER?


¿QUÉ PUEDO HACER?

¿Qué puedo hacer

si ya lo lloré todo,

si del cielo he contado,

una a una, todas sus estrellas

y te he entregado el mundo

envuelto en una rosa?

*

¿Dime qué puedo hacer

si tengo ya escanciado

el néctar de la vida,

los prejuicios marchitos,

y el alma serenada?

*

No sé qué puedo hacer

si en mis labios tardíos

se acumula la escarcha de un invierno

victorioso de Caronte

y la alforja de sueños

la tengo ya agotada.

*

Dime qué puedo hacer

si tengo la mirada

con tapias de negrura y hace tiempo

que vino el desencanto a echarle abajo

las defensas al huerto de mi vida.

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