Me dijeron -No vayas-
pero yo fui y amé.
Cuántas lágrimas
bebió la amarga tierra,
cuántos besos
que no llegaron nunca a su destino
debieron ser
bajo ella sepultados,
cuántas caricias imposibles
amortajadas antes de nacer.
Es inmenso el dolor
pero no me arrepiento
de no haber escuchado aquellas voces.
2 comentarios:
A veces no escuchamos las voces y consejos y aunque a los demás les parezca que nos equivacomos, de alguna manera nos compensa vivir esa experiencia. De todo se puede aprender.
Un placer volver a leerte, y has vuelto por todo lo alto. El primer verso ya es por sí sólo un poema precioso.
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